martes, diciembre 27, 2016

LATERAL EXTERIOR IZQUIERDO DE LA CAPILLA DEL SAGRARIO EN ACEUCHAL



La pared exterior de la capilla del Sagrario, en Aceuchal, conservaba, por debajo del encalado, un texto con la leyenda que se refleja en la imagen: PASQVAL/ GONSALES / ME / FECIT.  (PASCUAL GONZÁLEZ ME HIZO)  La foto que se reproduce como ilustración a esta entrada me la ha enviado, recientemente, mi amigo Manolo Carretero Gómez. En ella se pone en práctica la vieja costumbre de hacer hablar a los seres inanimados (las paredes, en este caso) lo que hace bueno el conocido refrán antiguo que dice "las paredes hablan". La pared está, en este caso, proclamando la autoría de quien dejó en ella grabada la inscripción. El lienzo de pared que conserva el texto aquí reproducido es el que corresponde a la capilla del Sagrario, por la fachada de la iglesia que mira a la casa de Don Agustín Delgado. Que yo recuerde, ese lienzo de pared estuvo siempre encalado, sin dejar ver letrero alguno. Parece ser que en los últimos tiempos se ha dejado al descubierto la vieja inscripción en la que el artista quiso perpetuar su memoria. 
Si el dicho es "las paredes oyen" (para alertarnos de que lo que digamos puede trascender más allá de lo que sería deseable) también se puede decir que "las paredes hablan". En el texto de la inscripción de la fachada exterior de la capilla del Sagrario, en Aceuchal, la pared que da hacia el pilar y la antigua posada, hubo una inscripción cuyo texto se ha dado a conocer. Parece ser que esta inscripción ha estado encalada durante muchos años. No sé si ya la habrán dejado al descubierto. El caso es que ya conocemos el contenido del texto y es el que hemos comentado en la entrada que corresponde a este comentario.Los autores de este tipo de escritos solían dejar el testimonio de su autoría con la fórmula general de "...lo hizo". En lugar de los puntos suspensivos ponían su nombre. Este es el caso del autor de la cenefa que cubría, en parte, la pared exterior de la susodicha capilla del Sagrario. Un tal Pasqual Gonsales. Es como si la obra misma proclamase el nombre de quien la hizo: "Pasqual Gonsales me fecit" (Pascual González me hizo)                                                                    

domingo, diciembre 25, 2016

HOY ES SIEMPRE TODAVÍA...


El título de esta entrada es un verso único, solo, de Antonio Machado en sus "Proverbios y cantares" (Nuevas canciones, VIII)  Tres adverbios, tres, los tres adverbios de tiempo, de los que sólo uno tiene función propiamente adverbial en la frase. Éste es el adverbio 'siempre', que es el adverbio de la perennidad, de la eternidad. Tanto el 'hoy' como el 'todavía' nos muestran su condición pasajera. Sólo el 'siempre' nos muestra su carácter de eternidad. En el verso machadiano los adverbios 'hoy' y 'todavía' tienen sendas funciones propiamente sustantivas: 'hoy' funciona como sujeto de la frase y, 'todavía', funciona como predicado. La función adverbial la desempeña, en la frase en cuestión, sólo el adverbio 'siempre'. Ese 'todavía' alude a un tiempo perecedero que, sin embargo, aún dura, pero cuya caducidad está prevista. Llegará. Y aun puede añadirse que 'ya falta poco' para ello. Antonio descubrió una de esas verdades que 'hacen época', aun siendo, como son, eternas: HOY ES SIEMPRE TODAVÍA.*
_____   

* El comentario gramatical sobre este adagio sería: vemos en él tres adverbios de tiempo, pero el primero (hoy) tiene la función nominal de sujeto y, el último, (todavía) tiene función de atributo. Sólo el adverbio 'siempre' tiene, en este caso función propiamente adverbial.
    

     

lunes, diciembre 05, 2016

LA INSCRIPCIÓN DE ALCÁNTARA (BIS)

La acción corrosiva de los temporales sobre la inscripción del templete de Alcántara obligó a renovar la misma en varias ocasiones, tanto en la Edad Media como en la Edad Moderna. La más reciente renovación corresponde al reinado de Isabel II, en el siglo XIX (1859) Los versos más castigados por la erosión correspondían al 4º dístico y la propuesta de corrección que sugirieron Juan Fernández Franco y Gabriel de Castro fue la que actualmente figura en la grabación. Su redacción deja bastante que desear, pues, en el hexámetro se alude al templete de manera impropia como nova templa. No hay más que un solo templo, así que huelga el plural. En cuanto al pentámetro, establece una correspondencia artificiosa presunta entre el puente, por una parte, y el templo, por otra: illic se solvunt, hic sibi vota litant. Parece que con la construcción reflexiva se ha querido significar una oración de pasiva (cuyo enunciado podría haberse expresado con más propiedad escribiendo: illic solvuntur vota, litantur at hic. Pero ¿cómo se podría justificar la traducción de que 'los votos se cumplen 'allí' (en el puente) pero se prometen 'aquí' (en el templo)? La propuesta de Fernández Franco no debería haber sido aceptada. Se ignoró, en cambio, la que había propuesto el humanista portugués André de Resende, quien llevó una escalera al lugar y, subido en ella, restituyó, por el tacto, los caracteres desgastados:
                       illic se solvit, dis nisi vota litant.

Lo que no sabemos es como resolvió Resende el hexámetro del espúreo nova templa. Si hubiera propuesto, por ejemplo,

           qui pontem fecit, Lacer, et templum ipse dicavit

nada habría que objetar. El dístico presentaría una redacción totalmente aceptable. Su traducción castellana sería:

    El que hizo el puente, Lácer, dedicó también el templo: allí cumplió su voto (en caso de que los  votos no propicien a los dioses)

El texto (creo yo) quedaría mejor con la corrección que propongo.





sábado, diciembre 03, 2016

LA INSCRIPCIÓN DE ALCÁNTARA


 Este es el texto latino  que  campea sobre el  dintel del templete de Alcántara, junto al famoso puente sobre el     río  Tajo, ya en el límite con Portugal. Consta de seis dísticos que ocupan sendas líneas a lo largo de dos lápidas yuxtapuestas. El texto dice:

IMP.NERVAE.TRAIANO.CAESARI.AVG.GERM.
DACICO.SACRVM
TEMPLVM.IN.RVPE.TAGI.SVPERIS.ET.CAESARE.PLENVM.
ARS.VBI.MATERIA,VINCITVR.IPSA.SVA
QVIS.QVALI.DEDERIT.VOTO.FORTASSE.REQVIRET.
CVRA.VIATORVM.QVOS.NOVA.FAMA.IVVAT.
INGENTEM.VASTA.PONTEM.QVI.MOLE.PEREGIT.
SACRA.LITATVRO.FECIT.HONORE.LACER
QVI.PONTEM.FECIT.LACER.ET.NOVA.TEMPLA.DICAVIT.
ILLIC.SE SOLVVNT.HIC.SIBI.VOTA.LITANT
PONTEM.PERPETVI.MANSVRVM.IN. SAECVLA. MVNDI.
FECIT.DIVINA.NOBILIS.ARTE.LACER.
IDEM. ROMVLEIS.TEMPLVM. CVM. CAESARE. DIVIS.
CONSTITVIT.FELIX.VTRAQVE CAVSA.SACRI
C.IVLIVS.LACER.H.S.F. ET.DEDICAVIT.AMICO.CVRIO.LACONE.
IGAEDITANO

HVNC. TITVLVM.PROCELLIS.ABRASVM.PHILIPPVS. IV.RENOVARI.
MARMORE.DENVO.INCIDI.ELISABETH.II.DECREVIT

Traducción:

DEDICADO AL EMPERADOR NERVA TRAJANO, CÉSAR AUGUSTO, GERMÁNICO, DÁCICO

TEMPLO EN LA ROCA DEL TAJO, OCUPADO POR LOS DIOSES Y EL CÉSAR, DONDE EL ARTE ESTÁ SUPERADO POR SU PROPIO CONTENIDO. QUIÉN Y EN VIRTUD DE QUÉ PROMESA LO HIZO,  TAL VEZ PREGUNTARÁ LA CURIOSIDAD DE LOS VIAJEROS A
LOS QUE AGRADA LA FAMA DE LO NOVEDOSO. ESTE ENORME PUENTE, DE VASTAS PROPORCIONES, LO HIZO LÁCER, PARA AQUÉL QUE SE PROPUSIERA OFRECER SACRIFICIOS CON HONOR. LÁCER, EL QUE HIZO EL PUENTE, DEDICÓ TAMBIÉN LOS NUEVOS TEMPLOS*. ALLÍ CUMPLIÓ SU VOTO, POR MÁS QUE ESOS VOTOS NO SEAN DEL AGRADO DE LOS DIOSES. UN PUENTE QUE HA DE PERMANECER POR TODOS LOS SIGLOS DEL MUNDO, LO HIZO CON ARTE DIVINA EL NOBLE LÁCER. ÉL MISMO EDIFICÓ EL TEMPLO A LOS DIOSES DE RÓMULO Y AL CÉSAR CONJUNTAMENTE, FELIZMENTE CONSAGRADAS UNA COSA Y LA OTRA´

 C. JULIO LÁCER H(IZO) E(STA) C(APILLA) Y LA DEDICÓ A SU AMIGO CURIO LACÓN, DE IDAÑA.
ESTA INSCRIPCIÓN DESGASTADA POR LOS EFECTOS DE LOS TEMPORALES LA MANDÓ RENOVAR FELIPE IV Y GRABARLA DE NUEVO EN MÁRMOL LO DECRETÓ
ISABEL II

________      

NOTA: Un dístico consta de dos versos: un hexámetro seguido de un pentámetro. Cada verso suele ocupar una línea, o renglón; pero, en este caso, en la inscripción de Alcántara, cada dístico ocupa una línea: el hexámetro y, a renglón seguido, el pentámetro.
_______  
* Seguramente por razones de índole métrica, el autor de los dísticos puso en plural ese 'nova templa', siendo así que evidentemente sólo se trata de un templo. Pero se puede eludir esta inexactitud histó-rica en aras de la verdad y salvando los escollos de la métrica. Por ejemplo, Lacer pudo haber dicho: QVI PONTEM FECIT LACER ET TEMPLVM IPSE DICAVIT, obviando la inexactitud histórica de la 'pluralidad' de esos presuntos templos: no hay más que un templo: el que está a la vista.

viernes, noviembre 25, 2016

AVISO RECIBIDO

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martes, noviembre 22, 2016

ESTE BLOG SE CIERRA PROVISIONALMENTE HASTA NUEVO AVISO

Por motivos que no hace al caso explicar aquí, he resuelto cerrar provisionalmente este blog, en tanto trato de resolver algunos problemas técnicos que han surgido últimamente en la confección del mismo. Gracias a mis lectores muy de corazón y un saludo muy cordial. Juan García Gutiérrez. Oleastrensis.

miércoles, noviembre 09, 2016

DE LA NAVE ARGOS A LA DEL AGNUS DEI

                                              Hay vagas semejanzas entre la mítica nave Argos, que llevó a Jasón a la Cólquida, en busca del vellocino de oro, y la no menos mítica (es decir, fabulosa) nave llamada del Agnus Dei, a la que parece hacer referencia el desaparecido historiador FSM en su novelesco relato titulado La segura travesía del Agnus Dei. Este parece ser el supuesto nombre de una nave cuya misión misteriosa sería la búsqueda de otra especie de mítico vellocino, que ahora sería el del Toisón de Oro. Aventuramos todas estas suposiciones (=hipótesis) sin que nos atrevamos a dar por seguro nada y, menos aún, la presunta seguridad de esta enigmática travesía. A lo que parece, se trata del relato novelesco de una supuesta historia de odios y malquerencias, promovida por Quevedo. Los personajes destinatarios de este odio serían los integrantes de la denominada Familia Caritatis, en particular el II Duque de Feria y sus protegidos, Pedro de Valencia y Benito Arias Montano. En todo caso, lo que parece evidente es que la intriga es uno de los ingredientes esenciales de los relatos de FSM Si un relato histórico cualquiera no tiene intriga, carece de aliciente y, por ende, de interés. La intriga es indispensable en las investigaciones históricas de nuestro autor. Un ejemplo típico de este gusto por la intriga lo vemos en “El secreto de los Peñaranda”. Sin este ingrediente, las ‘historias’ de FSM pierden todo interés.

Con todo, de algo estamos seguros y es de que en La segura travesía… descubrimos muchas inexactitudes históricas y no pocos errores. Aquí vamos a consignar algunos de éstos, a modo de botones de muestra. Por ejemplo, a lo largo del libro se afirma que el escritor esotérico Juan Caramuel era ‘jesuita’. Sólo en un trabajo posterior el autor rectifica, diciendo que había pertenecido a la orden del Císter. A lo largo de las páginas de su libro, FSM se refiere, reiteradamente, a Quevedo como Señor de la Torre de Miguel Abad. Lo era de la Torre de Juan Abad. También erró al querer datar el poema de Cock como de 1593-4, por entender que su autor hace ya alusiones al poema de Cristóbal de Mesa titulado Las Navas de Tolosa, en el que este autor zafrense canta las gestas de los antepasados del duque. Sin embargo, disponemos de dos datos para datar con más aproximación la Asafrae descriptio como son el referente a la reciente (nunc) derrota de Portugal por las tropas del Duque de Alba (25 de agosto de 1580, fecha de la batalla de Alcántara), como dato postquam. El otro dato sería el de la fecha de la carta de Cock al Duque de Feria, pidiéndole que subvencione la publicación de la Asafrae descriptio (14 de diciembre de 1581). Este dato sirve de referencia antequam. Los otros errores que contiene La segura travesía… son, por ejemplo, el afirmar que “nunca los solsticios pueden tomarse como referentes de localización”  (pág. 116) Se ve que no ha leído otras obras de Cock acerca de sus viajes por España, en las que el holandés recurre a ciertas expresiones en él tópicas, como las de “hacia donde el sol se pone en verano”; o bien, “hacia donde el sol se pone en invierno”, ejemplos ambos en los que claramente se ve que los solsticios (ya sea el de verano o el de invierno) son sendos referentes de ubicación. Erró cuando escribió (pág. 173) que “ni el Angelicus Princeps es San Miguel ni Hesperia es España”. Cree FSM que con la perífrasis de ‘Príncipe Angélico’ se refiere Cock a Arias Montano (pág. 115) y que Hesperia es la hija del mitológico dios-río Cebrén (¿qué pintaría aquí el tal personaje?) Y volvió a errar cuando en la nota 214 (pág. 194) me achaca lo de convertir a Titán en el sol. Y es que Titán es uno de los ‘alias’ del sol, no porque lo diga yo, sino porque lo dicen en numerosos pasajes de sus poemas Virgilio y Ovidio, sobre todo éste último. Entre Heroidas, Metamórfosis y Fastos he contabilizado hasta 16 pasajes en los que Ovidio se refiere al sol con el nombre de Titán. En el propio poema de Cock Asafrae Turdetanorum descriptio se nombra al sol como Titán (vv. 117 y 279)

      En mi reseña de su libro, publicada en el boletín bibliográfico Oeste Gallardo (nº 32, pág. 2, 1999) señalé ya estos errores. Esto provocó una réplica suya en la Revista de Estudios Extremeños, de cuyo Consejo de Redacción él formaba parte. El artículo de réplica lleva como título “Sobre la cronología y el sentido de la Asafrae Descriptio, de Enrique Cock” y apareció en el t. 56, nº 1 (pp.147-160) (2000) El artículo–panfleto va encabezado por una cita del Lazarillo de Tormes, cuya oportunidad y venida a cuento cabe cuestionarse. Es el pasaje en el que Lázaro refiere la jugarreta que le hizo al ciego para que se diera un fuerte cabezazo al saltar frente a un pilar. La crueldad del pícaro provoca, más bien, nuestro rechazo. No sé si lo que FSM pretende es que el lector se ría con la barrabasada. En la cita Lázaro se refiere al ciego como “cabrón”, sin reparar en que la auténtica “cabronada” es la que él comete, haciendo que el ciego se estrelle contra el pilar. ¿Puede darse felonía mayor que esta despiadada burla contra un invidente?. Seguidamente, el autor invita al lector a que descubra, con él, la “liliácea inteligencia”. A este fin comienza por intercalar, a cada dos por tres, la interjección “¡ojalá!”, cuya lectura ‘bustrofedónica’ (de derecha a izquierda) nos da como resultado “¡al ajo!”. O sea, el pregón del ajero. El recurso lo ha aprendido de Caramuel, el presunto ‘jesuita’, que después se convirtió a la orden del Císter, y que debió ser el mismísimo abad del conocido palíndromo ‘dábale arroz a la zorra el abad’. Por esto, el mote zoológico que FSM pretende endosarme a mí (vulpes oryzata) le viene al pelo a él, amaestrado por el abad Caramuel en la ‘ciencia del palíndromo’. El otro mote latino que me aplica es el de cathedraticulus foramineus (=catedratiquillo que se ha colado por un agujero). Pretende rebajarme en mi condición de catedrático de instituto. Ese presunto ‘agujero’ (foramen) no significa más que la entrada me resultó angosta y difícil, tanto como a él le vino grande su acceso a la cátedra universitaria. Había desproporción entre su estatura intelectual y la puerta por la que accedió a su condición de catedrático universitario. Si a mí me vino chica la puerta de acceso a él le resultó grande en demasía. Los errores que pueden observarse en un libro como La segura travesía del Agnus Dei no significan otra cosa que  para su estatura intelectual la puerta de acceso a la enseñanza universitaria le venía grande. Su decidido afán de rebajarme proviene de un amor propio ofendido al haber sido corregido por alguien con una titulación inferior. Ya se ha cumplido, en enero pasado, un año de su fallecimiento. No es tiempo de polémicas sino de honras y homenajes póstumos. Tales son los que se le tributarán próximamente por parte de la Universidad de Extremadura, de la que fue profesor en la cátedra de Historia de América. A dichos homenajes me he adherido ya con una aportación pictórica: el dibujo de los rasgos fisonómicos del homenajeado. Ahí queda su imagen para la posteridad, en forma de síntesis dibujística.

____
  NOTA: El esbozo fisonómico del profesor FSM ha sido realizado por el autor de estas líneas

sábado, noviembre 05, 2016

EL NUEVO MONOLITO DE LA PLAZA DEL ALCÁZAR (traseras del Parador)

               Se ha inaugurado recientemente, junto al muro trasero del Parador que da a la Plaza del Alcázar, en Zafra, el monolito cuya imagen reproducimos en esta entrada. Según consta en la inscripción inferior, la inauguración ha corrido a cargo del presidente del Club Internacional de los Leones, Mr. Robert E. Corlew, con la asistencia del Sr. Alcalde Presidente de la Corporación Municipal, Don José Carlos Contreras Asturiano. En la parte superior del monolito aparece, enmarcado en un círculo, el emblema del mencionado club. En la parte inferior de ese círculo aparece la leyenda WHERE THERE'S A NEED THERE'S A LION. Esta frase pertenece a un viejo poema moral que ya hace bastante tiempo leí en los viejos manuales en los que aprendí las nociones elementales de la gramática inglesa. Como aún conservo en la memoria el antiguo poema leído en mi juventud, lo voy a reproducir seguidamente, destacando en negrita la sentencia final que se evoca en este monumento:
There's something I have you remember, boys,
to help in the battle of life.
It will give you strength in the time of need
and joy in the time of strife.
Wherever's something that should be done,
don't be a coward and say 'What use to try?'
Remember then that 
where there's a will there's a way.

Traduzco el texto al castellano:

Hay algo que tengo que recordaros, muchachos, y que os servirá de ayuda en la lucha de la vida. Ello os aportará fuerza en el tiempo de la necesidad y alegría en el tiempo de la pena. Donde quiera que haya algo que deba hacerse, no seáis cobardes ni digáis: '¿De qué sirve intentarlo?' Recordad entonces que 'donde hay un deseo hay un camino'.


Como se puede apreciar, en el texto del monolito se ha cambiado la palabra 'will' por 'need', y la palabra 'way' por 'lion'.

O sea, que aquí están los leones del novísimo club zafrense para remediar las posibles necesidades (needs) de sus conciudadanos. Bravo por esos 'leones' y bienvenidos sean.

domingo, octubre 16, 2016

EL JUICIO DE PARIS


 Según cuenta la mitología, a las bodas de Tetis y Peleo (futuros padres de Aquiles) fueron invitados todos los dioses y diosas, excepto la Discordia. Ésta se vengó arrojando en el banquete nupcial una manzana de oro con la leyenda "A la más hermosa". Se disputaron el premio Venus, Juno y Minerva (Afrodita, Hera y Atenea) Para que dirimiese el pleito fue designado juez Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Cada una de las diosas trató por su lado de sobornar a Paris, pero Afrodita, más que sobornarlo, trató de seducirlo. Así mientras que Hera (Juno) le ofreció hacerlo soberano de Asia; Minerva (Atenea) le prometió hacerlo invencible en la batalla. Afrodita (Venus) decidió emplear su más poderoso recurso, el de la seducción, no por sí misma, sino por mediación de la más hermosa de las mujeres de aquel tiempo: Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. Paris pudo resistirse al soborno, pero no a la seducción. Y Afrodita se alzó con el premio.

miércoles, julio 20, 2016

SVNT LACRIMAE RERVM

 ¿Cómo interpretar la famosa frase de Virgilio? ¿Es que las cosas, lo inanimado en general, pueden tener capacidad de llorar? No. Somos nosotros los que podemos emocionarnos ante la contemplación de las cosas que suscitan en nosotros viejas emociones  y logran conmovernos  hasta el llanto. La memorable frase de Virgilio se encuentra en la Eneida (I.462) El verso completo dice:
    
Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia                                   [tangunt
(de las cosas brotan lágrimas y su caducidad nos conmueve el alma)
El recuerdo de las cosas perdidas suscita en nosotros  el deseo de llorar. Deseo que aflora, a veces, ante la contemplación de imágenes que evocan en nosotros viejos recuerdos:

           Y ese árbol roto en el camino blanco
           hace llorar de lástima. (A. Machado)

Lacrimae rerum: Las lágrimas de las cosas sobre las que proyectamos nuestros propios sentimientos y recuerdos:

¡Dime si sabes, vieja amada, dime,
si son mías las lágrimas que vierto! 
            (A. Machado, Soledades,37)

          "Sunt lacrimae rerum", 
querido poeta. Lo que pasa es que las vertemos nosotros. Conmovidos por un infortunio  que nos toca el alma:
et mentem mortalia tangunt.

domingo, julio 17, 2016

LA HUELLA DE OVIDIO... (2ª PARTE)

El verso de Heroidas, XVI, 148, nos ofrece un ejemplo del llamado 'tópico del sobrepujamiento. Se cotejan dos elementos de los que uno de ellos sobrepuja, o predomina, sobre el otro:
                     
                     et tuă materiā / gloriă victă suā est

Si atendemos a la cantidad de las vocales en los sustantivos  susceptibles de formar sintagma, vemos que al sustantivo ‘materiā le corresponde el adjetivo ‘suā’, mientras que al sustantivo ‘gloriă’ le corresponde el adjetivo ‘tuă’. La coherencia métrica recoloca los sustantivos con sus adjetivos correspondientes. Sin embargo, cada uno de los hemistiquios constituye sendos sintagmas de posición: ‘tuă materiā’, de una parte, y ‘gloriă suā’, de la otra. Asignemos al sintagma del primer hemistiquio el signicado de ‘tu  belleza’ y al del segundo el de ‘su fama’. En la frase que dirige Paris a Helena, le explica que, antes de conocerla personalmente, sabía de su belleza por las referencias de la ‘fama’. Pero que, ahora, al conocerla personalmente, se da cuenta de que esa ‘fama’ es menor que la verdad, que ‘se queda corta’ en relación con ésta. Y que, a fin de cuentas, lo que hace esa ‘fama’ es, más bien, perjudicarla en lugar de favorecerla:
                 
                       famaque de forma paene maligna tua est
       (la fama de tu belleza casi, más bien, es perjudicial para ti)

Porque (sigue diciendo Paris): 

                        plus hic invenio, quam quod promiserat illa, 
                            et tuă materiā / gloriă victă suā est

(encuentro aquí más de lo que ella (= la fama) me había prometido: la fama de tu belleza ha sido superada por tu presencia material)

Paris ‘riza el rizo’ del halago en este verso final, el mejor y más sutil requiebro: tu fama, con ser muy grande, se queda corta en comparación con tu presencia.
Esta sutileza ha sido imitada por el autor de la inscripción latina del templete del puente de Alcántara, el arquitecto Cayo Julio Lácer. El primer pentámetro de la inscripción (el verso 2º) dice:

                                 ars ubi materiā vincitur ipsa suā

Dice el autor de la obra que ‘el arte queda  superado por su propio contenido, que es, en este caso ‘la divinidad de los dioses y del César’ (Trajano)

                              Templum in rupe Tagi Superis et Caesare 
                                                                                  [plenum,
                                   ars ubi materia vincitur ipsa sua.

  Los moradores del templo constituyen el contenido del mismo: la divinidad, que supera en dignidad la del propio arte.

De modo que Lácer ha tratado de reproducir de alguna manera el tópico del sobrepujamiento de valores. Los que aquí se comparan son el arte y la divinidad, como respectivas excelencias. El arte queda en situación de inferioridad con respecto a la divinidad, que habita en el templo, como su propio contenido material. Si Lácer, como constructor del puente y del templo, ha aportado el arte, los dioses, a su vez, han aportado la divinidad y el César, Trajano, la dignidad cesárea.

La paradoja que plantea Lácer lo es con respecto al pasaje de Ovidio (Met.2.5) en el que éste afirma que ‘la obra (del artífice Vulcano, en este caso) superaba en calidad artística la calidad de los materiales preciosos (oro, plata, marfil y bronce) de que estaba hecho el Palacio del Sol.

Recordemos que, salvo los dos primeros dísticos, la autoría de los restantes se difumina tras los diversos intentos de restaurar el texto erosionado. Así que no podemos responder de la autenticidad de los versos restantes. Sí, queremos tomar en consideración los meritorios esfuerzos de quienes se tomaron el trabajo de rehacer el texto borrado, como el humanista portugués André de Resende, que llevó una escalera hasta el lugar, y allí en las condiciones más adversas (era un día lluvioso) consiguió reconstruir, por el tacto, el verso desgastado:

                                         illic se solv[it dis nisi] vota litant

El verso hexámetro precedente (4º dístico) sería:

                                 Qui pontem fecit Lacer et nova templa dicavit

La traducción de ese 4º dístico sería:
    
El que hizo el puente, Lácer, también consagró el nuevo templo: allí cumplió su voto,  si es ya que los votos no fuesen del agrado de los dioses.*

Esto si damos por aceptable la lectura de Resende. En todo caso nos movemos entre conjeturas, con lo que parece lo más recomendable adoptar la actitud de Morales: considerar el texto ilegible.

Lo que sí parece quedar claro es el empeño de Lácer en dejar constancia de que él es el autor del puente y del templete. En éste se harían las promesas (probablemente de forma colectiva, por parte de los habitantes del lugar) de llevar a cabo la construcción del puente. La construcción del puente presupone el voto previo, realizado, a título personal, o bien, colectivamente, en la capilla o templete.



______     
* Independientemente de que los votos fuesen, o no, aceptables a los dioses. 



lunes, julio 11, 2016

A VUELTAS CON LA INSCRIPCIÓN DE ALCÁNTARA


   Quedamos en atribuir la autoría de la inscripción sobre el frontis del templete de Alcántara al propio arquitecto que diseñó el puente y la capilla, Cayo Julio Lácer. La     inscripción tendría que ser renovada, inevitablemente, a lo largo de los siglos (desde comienzos del siglo II p. C.) debido al deterioro causado en la misma por los agentes atmosféricos. La última vez que se renovó fue en el año 1859, durante el reinado de Isabel II.

El texto de la inscripción está distribuido en dos lápidas yuxtapuestas. Consta de seis dísticos, cada uno de los cuales ocupa una línea. De esos seis dísticos sólo se han mantenido invariables, a lo largo de las diversas restauraciones, los dos primeros. Sólo en estos primeros dísticos la autoría de Lácer parece más segura. Por el primer dístico (concretamente, el primer pentámetro) se puede deducir que el autor alude a un pasaje de Ovidio (Met. 2.5) en el cual este poeta se refiere al palacio del sol, edificado por Vulcano. Construido con materiales preciosos (oro, plata, marfil y bronce), sobre ese valor material prevalecía el valor artístico de la obra:
                                                 
                               materiam superabat opus


El artista de Alcántara se sitúa en un plano más modesto con relación a Vulcano. Lo que el autor del puente y de la inscripción peralta sobre su propia obra es la ‘divinidad’ de los dioses y del propio emperador (Superis et Caesare plenum) Y a esto es a lo que llama ‘materia’: a la divinidad que preside el templo. Así se explica la paradoja de

                      ars ubi materia vincitur ipsa sua

    Este verso recuerda otro, también de Ovidio, donde también se aplica el tópico del sobrepujamiento:
              
         et tua materia gloria victa sua est  (Her. XVI, 148)

   En este caso el poeta hace prevalecer, sobre la 'fama' de la belleza de Helena, la realidad de su presencia física.

    Con estas previas observaciones podemos acometer ya la tarea de la traducción de la inscripción de Alcántara en estos términos:

Este templo, edificado en la roca del Tajo, habitado por la divinidad de los dioses y del emperador, / donde el arte es sobrepujado por su propio contenido./ Quién y en virtud de qué promesa ofreció construirlo  es, tal vez, lo que indagará / la curiosidad de los viajeros  a quienes gusta la publicidad de lo nuevo./ El que llevó a cabo la construcción de este puente enorme, de vastas proporciones,/ Lácer, lo hizo para quien se propusiera realizar las ofrendas honorablemente./ Un puente que habría de permanecer a perpetuidad por los siglos del mundo,/ lo hizo con arte divina el noble Lácer./ Quien hizo el puente, Lácer, también dedicó el nuevo templo./ Allí cumplió su voto, si a los dioses no los propician sino los votos cumplidos./  Él mismo construyó el templo a los dioses de Rómulo  y al César conjuntamente, / una cosa y la otra, felizmente consagradas.

CAYO JULIO LÁCER HIZO ESTA CAPILLA Y LA DEDICÓ A SU AMIGO CURIO LACÓN, DE IDAÑA. (Esta inscripción, erosionada por los temporales, la mandó renovar Felipe IV,  e Isabel II decretó que se grabase de nuevo en mármol)       

domingo, julio 03, 2016

MÁS SOBRE EL JUICIO DE PARIS












En la entrada precedente me he referido al célebre juicio de Paris en el que éste actuó como juez en el pleito entablado por las tres diosas, Venus, Juno y Minerva, sobre cuál de las tres era la más hermosa. Para poder apreciar mejor quién de ellas era la más atractiva, Paris exigió que se mostraran desnudas ante él. A esta exhibición hacen referencia los poetas Propercio y Ovidio. El primero dice, comparando a su amada Cynthia con aquellas legendarias bellezas:

Daos por vencidas ya, diosas, a las que el pastor* viera antaño despojarse de sus túnicas en las cumbres del Ida (Prop. II, 2.13)

En cuanto al segundo, en un pasaje de Heroidas (V, 35 ss.) este poeta se refiere a Paris:
          ...aquel día en que Venus, Juno y Minerva (más decente, ésta última, si hubiera acudido vestida con sus armas habituales) acudieron desnudas a tu juicio.

Ya dijimos que cada una de ellas intentó sobornar al juez. Sólo que Venus recurrió a un ardid mucho más eficiente que el soborno: la seducción. Y lo hizo en forma vicaria, en la persona de Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta. Helena fue el 'cebo' que determinó a Paris a emitir su juicio a favor de Venus.

Venus consiguió que Paris la considerase la ganadora, ya que la diosa del amor le prometió, como recompensa, darle el amor de Helena, considerada la mujer más bella de aquellos tiempos.
___  
* El 'pastor', por antonomasia, era Paris. A él se refiere Horacio en sus odas (C. 1.15)
                      

LA HUELLA DE OVIDIO EN LA INSCRIPCIÓN ROMANA DEL PUENTE DE ALCÁNTARA



De la inscripción romana del puente de Alcántara me he ocupado anteriormente en tres ocasiones, en sendos artículos publicados, respectivamente, en las VI Jornadas del Humanismo Extremeño (Real Academia de Extremadura, 2008, pp. 87-96) y en la Revista de Estudios Extremeños, 2.011, (t. LXVII, nº 3, pp. 1.163-1.173) y en el Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y de las Artes (t, XIX, pp.277-83) 2.011

Una reciente averiguación fortuita  me obliga a retomar el tema de la referida inscripción y ha sido la circunstancia, inesperada, de haber descubierto la huella de un verso de Ovidio en el segundo verso de la inscripción del puente, que dice:
                    ars  ubi  materiā / vincitur ipsa  suā
En este verso (pentámetro) el autor de la inscripción imita un verso de Ovidio (Her. XVI, 148) El verso ovidiano dice: 
                    et tuă materiā / gloriă victă suā est  
Comparando ambos versos (pentámetros ambos) apreciamos las características siguientes:
a) el primer hemistiquio de cada uno de ellos termina con la palabra ‘materia’.
b) el verbo empleado en el segundo hemistiquio del primer ejemplo (‘vincere’) es el mismo que el empleado en el segundo hemistiquio del ejemplo segundo, bien que en distintos tiempos: presente, en el primero, y pretérito perfecto en el segundo. Ambos en voz pasiva.
c) la palabra ‘materia’ es, tanto en el primer ejemplo como en el segundo, complemento agente de los verbos en pasiva.
d) ambos ejemplos plantean la superación, o sobrepujamiento, de una cosa por otra: en el primer ejemplo, el arte está superado por su propio contenido (‘materia’) que es, en este caso, la divinidad de los dioses y del propio César ('Superis et Caesare plenum') . En el segundo ejemplo es la ‘fama’ la que se coteja con la realidad a la que esa ‘fama’ está referida.
Existen, pues, suficientes afinidades entre el verso ovidiano de Heroidas, XVI, 148, y el de la inscripción de Alcántara. Se puede afirmar con toda seguridad, que el autor de la inscripción de Alcántara copió a Ovidio en ese verso concreto. Parece que el autor de la inscripción fue el propio arquitecto que diseñó el puente, Cayo Julio Lácer, o Lacro.
Si es así, en efecto, Lácer ha querido imitar en su inscripción la sutileza de Ovidio, al poner en boca de Paris el elogio de la belleza de Helena.
Paris, como sabemos por la mitología, fue designado como juez que debía dirimir el pleito planteado por las tres diosas (dos de ellas, a saber, Venus y Minerva, hijas de Júpiter y, la otra, Juno, hermana y esposa del mismo). Zeus, Júpiter, se mantuvo neutral, procurando no intervenir en los pleitos familiares.

El objeto del pleito era, en este caso, dirimir cuál de las tres diosas era la más hermosa. Cada una de ellas trató de sobornar al juez con diversas recompensas, si resultaba elegida. Juno le prometió un extenso reino; Minerva le prometió dotarlo de un valor extraordinario; y, por último, Venus le prometió el amor de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, la más hermosa de las mujeres. Paris optó por este último galardón. O sea, falló a favor de Venus.

Pero, volviendo al asunto principal de este artículo, que no es otro que delatar la huella de Ovidio en el texto de la inscripción de Alcántara, concretamente, en el verso segundo, se pueden destacar las analogías que ya hemos anticipado en los diversos apartados.
El punto principal sobre el que debemos concentrar nuestra atención es determinar qué es lo que se entiende por la palabra ‘materia’ en el texto ovidiano y en el de la inscripción. Al parecer, el vocablo ‘materia’ es susceptible de diversas interpretaciones. En los versos de Alcántara, parece que la palabra alude a las divinidades (incluida la del César Trajano) que tienen como habitáculo el templo, o templete, más bien. El arte se subordina a la presencia de estas divinidades. Dice el primer verso (hexámetro) que ‘el templo en la roca del Tajo está habitado por los dioses y por el César’. *
En cuanto al verso de Heroidas, referenciado, los conceptos que se comparan son los de ‘fama’ y ‘belleza’, referidos a la persona de Helena. Paris opina (y no olvidemos el valor de su criterio, probado en litigios más importantes) que la ‘fama’ (gloria, de Helena)  pese a ser grande, no está a la altura de su ‘belleza’ real. Esto es lo que se expresa en el verso:
                 et tuă materiā  / gloriă victa suā est
       (y tu fama se ve superada por tu presencia real)***

La fama de Helena (‘gloria’) se ve superada cuando la comparamos con la presencia material de la propia interesada.
Se trata, sin duda, de un artificio retórico. Es, más o menos, lo que va ‘de lo vivo a lo pintado’. Sobre todas las ponderaciones que de su belleza se hagan, prima la presencia material de la misma Helena.
Así también la majestuosa presencia de la fábrica, en el puente de Alcántara, prima sobre el arte mismo que se dice haberlo inspirado.

                                                                        


NOTA: El texto del templete, adoptado por la restauración de Isabel II, no corresponde al texto más aceptable para la crítica (especialmente el pentámetro 4º) ILLIC  SE  SOLVVNT, HIC SIBI VOTA LITANT. En la redacción más aceptable (la del llamado Anónimo de Turín) ese octavo pentámetro dice ILLIC SE SOLVIT, DIS NISI VOTA LITANT. A este texto corresponde nuestra traducción.

* El César aquí aludido es el emperador Trajano
** Clicar sobre las imágenes para que la inscripción resulte cómodamente legible
*** Hay un juego adrede sobre la correspondencia de los sustantivos con los adjetivos: 'tua' adjetiva a 'gloria' y 'sua' a 'materia'. Pero la proximidad de 'tua' con 'materia' y de 'gloria' con 'sua' hace pensar en que 'tua' corresponde a 'materia' y 'sua' a 'gloria'. Y no deja de tener sentido que 'gloria' y 'sua' se com-plementen de alguna manera: 'la fama' 'que ellos te atribuyen' ('sua') y la 'presencia material' es la 'tuya'.

miércoles, junio 08, 2016

EPICEDIO EN MEMORIA DE MI MADRE

Vuelvo a reproducir aquí el epicedio (palabra relacionada con epitafio, se refiere a un poema mortuorio) que compuse en recuerdo de mi madre. Está escrito en estrofas asclepiadeas de tipo A (tres asclepiadeos menores y un gliconio) La última estrofa, en vez de concluir en un gliconio, concluye en un ferecracio (tiene una sílaba menos que el gliconio):

O dulcis genetrix, alma parens mea,
quae iam transieris limina Tartari,
hos versus pia nunc accipe, amabilis,
flores quos tibi dedico.

Annus iam volucris transiit octies
ex quo mors tua nos reddidit orphanos,
cum te amisimus, heu, et valediximus,
mater lumine carior.

Lecto iam recubans morteque proxima,
vitae praeteritae dum reminiscere,
vestem sollicite condere quaeritans
sutricis petis forficem.

Etsi post obitum tardior affui 
laturus tibi, heu, oscula postuma,
servasti tepidos corporis halitus
donec basia venerint.

Sic vitae calor haud deseruit tuum
corpus dum veniunt filia filiusque,*
ad Manes abiens laeta viatico
almo dulcis amoris.**

TRADUCCIÓN

Oh, dulce progenitora, madre mía nutricia,
que ya atravesaste los umbrales de la muerte,
recibe piadosa y amablemente estos versos,
como flores que te ofrezco.

Volanderos los años pasaron en número de ocho,
desde que tu muerte nos dejó en la orfandad;
cuando te perdimos y te dijimos adiós,
madre más querida que la luz.

Ya en el lecho yacente y cercana la muerte,
recordando tu vida pasada, afanosamente
soñabas acabar un vestido y pedías
que te diéramos las tijeras.

Aunque llegué a tu lecho cuando ya habías muerto,
para llevarte, ay, mis postreros besos,
conservaste el calor de tu cuerpo,
mientras que llegaban esos besos.

Así el calor de la vida no abandonó tu cuerpo, 
en tanto que llegaban tu hija y tu hijo,
partiendo hacia el viaje final, contenta,
con las provisiones del amor más dulce. 
                         ______

NOTA FINAL: El perfil dibujado de mi madre es también obra mía
___   
* En la última estrofa se da sinalefa entre el segundo y el tercer verso.
** El último verso de esta estrofa (asclepiadea A) que, normalmente es un glicónico, es aquí un ferecracio 
(heptasílabo en vez de octosílabo)

sábado, junio 04, 2016

DEL TIEMPO QUE ESTÁ DEMÁS


Glosando en cierta ocasión el profesor Otón Sobrino unos versos de Lucrecio (R.N. 3.904-8) sugirió la posibilidad de entender la expresión 'quod aevi superest' como referida a 'un tiempo que sobra', o que estuviera demás en la vida. El pasaje en cuestión dice:


Tu quidem ut es, leto sopitus, sic eris aevi
quod superest cunctis privatu' doloribus aegris;
at nos horrifico cinefactum te prope busto
insatiabiliter deflevimus aeternumque
nulla dies nobis maerorem e pectore demet.

(Tú, ciertamente, tal como estás dormido en la muerte, así estarás lo que resta de la eternidad. Pero nosotros te hemos llorado inconsolablemente, convertido en ceniza junto a la tumba horrenda y ningún día nos arrancará del pecho el eterno pesar)

Comentando estos versos, el profesor Sobrino, Catedrático de la Complutense, interpretaba la expresión 'quod aevi superest' como sugeridora de la posibilidad de un tiempo "de sobra"; no simplemente de un tiempo 'restante'. En realidad el significado de ese 'superest' no parece referirse a algo más allá de 'lo que resta'. Pero la interpretación puede ir más allá y sugerir que se trata de un tiempo 'que sobra', o que 'estuviera demás', especialmente para el afectado por la pérdida del ser querido, para el doliente.
El "taedium vitae" es una posible secuela, subsiguiente a ciertas pérdidas dolorosas, generadoras de esa vivencia de un tiempo "que sobra", o que 'está demás'. En los casos de los amantes, la muerte de uno de ellos acarrea la muerte del otro, como en los casos, inmortalizados por la literatura, de Hero y Leandro, Píramo y Tisbe o Romeo y Julieta. Ninguno de ellos sobrevive a la muerte de su respectivo amante. El tiempo restante (quod superest) sería, en realidad, un 'tiempo de sobra'.

miércoles, mayo 25, 2016

DE LICENCIATURAS Y DOCTORADOS

 El título de doctor se considera el summum, que es como decir el no va más de una determinada especialización en el conocimiento de una materia cualquiera. La licenciatura es un grado inferior, el título que faculta al interesado para ejercer la docencia en la materia que sea, la licentia docendi en esa materia concreta. Claro que quien ejerce la enseñanza de esa materia concreta, ejerce propiamente como doctor, por cuanto esta palabra significa "el que enseña", el enseñante. Yo, que he sido 'enseñante' durante toda mi vida (académica) no tengo oficialmente el título de doctor. Mis saberes, o conocimientos, se nutren, en buena parte, de la experiencia. A este propósito, he bromeado alguna vez diciendo que yo soy doctor 'doloris causa', como otros lo son 'honoris causa'.
Pude haber obtenido el doctorado hace muchos años. De hecho estuve matriculado, en la Universidad de Extremadura, de los Cursos de Doctorado, durante los bienios 93-95 y 95-97. Pero, por falta de información (no se me asignó ningún tutor que me orientase en este aspecto) no se me acumularon los créditos del primer bienio a los del 2º, por no haberlo solicitado previamente (era preceptivo hacerlo, pero nadie me informó) En resumen, me quedé en licenciado, a secas.
En la Complutense realicé los estudios de licenciatura en la especialidad de Filosofía y obtuve mi titulación. Luego, en la Universidad de Extremadura, leí mi tesina de licenciatura que versó sobre Poemas panegíricos latinos de Vicente García de la Huerta a los primeros reyes Borbones. Repárese: me licencio oficialmente en una Facultad que no fue la que expidió mi titulación, y en una asignatura que no fue la de mi especialización. A esto se llama, en puridad, 'hacer lo que se puede'. Porque por razones de trabajo (y de carencias básicas pecuniarias) tuve que hacerlo todo 'por libre'.
¿Tesis doctoral? No la escribí. Pero mi libro De la Vida a la Teoría puede, muy bien, pasar por una tesis doctoral. Las enseñanzas de la vida se plasman en él. Uno de los ensayos en él incluidos podría muy bien ampliarse y presentarse como tesis doctoral. Me refiero al titulado "Dos aspectos de la cosmovisión barroca: la vida como sueño y el mundo como teatro". A falta del título académico de doctor, me he resignado a ser sólo doctor 'doloris causa'. 

viernes, mayo 13, 2016

AYER Y HOY DE LA CRUZ DE LOS CAÍDOS DE ACEUCHAL

 

  Entre una y otra foto pueden muy bien me-diar hasta sesenta años.
En la primera foto, en blanco y negro, se ven las casas de Montero (un señor adinerado que no residía allí, pues su residencia habitual estaba en Villafranca) y la casa más alta, al fondo de la cruz de los caídos, que era la vivienda del médico, Don Agustín Delgado Mayoral y familia. En la primera foto las palmeras aún eran pequeñas. En la foto de la derecha, en color, se puede apreciar cuánto han crecido respecto al tamaño que tenían a principio de la década de los 50. Los tres cuerpos visibles de la iglesia parroquial corresponden, de izquierda a derecha, respectivamente, a la sacristía (con una ventana a la cruz de los caídos), a la capilla del sagrario (sin ventana al exterior por este lado) y a la nave central de la iglesia, con la puerta lateral de entrada que corresponde al lado del evangelio. La torre aparece ya reformada en lo que respecta al campanario y a la casilla del reloj.
 A esa torre subí muchas veces, siendo monaguillo, a dar cuerda al reloj. La obligación correspondía al sacristán, el señó Lorenzo, pero me la endosaba a mí. No sé cómo no me descalabré bajando a la carrera aquellos escalones de bordes desgastados. La escalera tenía dos tramos: el primero, que va del coro a la que se llamaba la 'tabluna'; el segundo era el que conducía al campañario, a cielo descubierto. Desde arriba se 'repicaba' mejor, al ser menor el trayecto de las sogas a las campanas. Estoy hablando de la época en la que tenía yo entre 11 y 12 años, pues a los 13 ingresé en el Seminario de Badajoz. El párroco Trenado (con el que fui monaguillo) falleció en el año 50. Dos años después yo abandoné el Seminario. Mi primer trabajo fue el de profesor contratado de Latín en el colegio de San Antonio, de Almendralejo. Iba y venía diariamente desde Aceuchal, en bicicleta. Por cierto, recuerdo a la célebre señá Gabina, que hacía el mismo camino a pie. Ella tiene un monumento en Aceuchal. Y yo tengo la suerte de vivir para contarlo.